Es una institución que por su trayectoria ha enaltecido a Quevedo; la Facultad de Comunicación Social ha marcado el momento grandioso del ayer, luego que su decano ‘Coquín’ Alvarado (1984), le diera la oportunidad de trasladar esa escuela a la ciudad de Quevedo, ante la petición del propulsor del crecimiento intelectual de Quevedo, Lic. Humberto Alvarado Prado.
Allí arrancó con sus filántropos propósitos la FACSO; en esos terrenos donados por la Municipalidad de Quevedo, se da la colocación de la primera piedra, con la presencia de autoridades de la Universidad de Guayaquil, y de la Ilustre Municipalidad de Quevedo, el 10 de diciembre de 1994. Enero de 1994, quedó grabado en la mente de la gente de la FACSO Quevedo, como un comienzo de un año halagador: se dio la contribución del gobierno nacional conseguida por el diputado Montesdeoca, de cincuenta millones de sucres, para la iniciación de la construcción de los primeros pabellones; luego de unos días, el honorable legislador Ec. Antonio Andrade Cassanello, así mismo gestionó otros cien millones de sucres para el avance de la obra; la FACSO por sus objetivos sigue cobrando una trayectoria importante en el quehacer universitario y cultural de Quevedo.
Con mucho respeto nos vamos a referir a la tercera promoción que, como ninguna otra, mantuvo sus estudios durante cinco años, para que sus integrantes obtuvieran su titulo profesional (1998); tuvo a destacados estudiantes tipo: Inés Bajaña, Marco Villarroel, Danilo Viteri, Roberto Cantos, Harold Escobar, Pedro Mosquera, Katty Guerrero, Javier Guato, Gustavo Barbotó, Ángel Tovar, Carlos Beltrán, Jorge Villarreal, Auryn Alarcón, Ángel Vera, Marlene Yánez, Narcisa Lema, Nelly Ponce, José Ochoa, Edmundo Echeverría, entre otros estudiantes colmados de interés por ser verdaderos profesionales.
Así mismo profesores de Guayaquil como: Humberto Alvarado Urrea (+), Alba Chávez, Betty García, Alfredo Moreno, Edith Guerra, Germán Cobos (+), meritorios, inolvidables y recordados maestros que se merecen el recuerdo imperecedero; habían profesores de Quevedo que implantaban importancia a la cátedra como: el mismo Humberto Alvarado Prado, Hugo Villacís Vasco, Henry Alarcón, Azucena Ontaneda, Glen Mera, Pedro Zamora, Víctor Hugo Espinoza, por el trabajo demostrado con sus alumnos se merecen el sentido homenaje de agradecimiento y admiración.
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